Receta fácil de bacalao en salsa cremosa con tomate y pimientos – Lista en 30 minutos

El bacalao es uno de esos pescados que nunca fallan. Su carne blanca, suave y ligeramente laminada lo convierte en el protagonista perfecto de platos sencillos pero llenos de sabor. En esta receta, lo acompañamos con una salsa cremosa de tomates cherry y pimientos dulces, aromatizada con ajo y hierbas frescas, para crear una combinación armoniosa, reconfortante y muy fácil de preparar. Ideal para una cena rápida entre semana, una comida ligera con estilo o incluso para sorprender en una ocasión especial sin complicarte la vida. Este plato está listo en menos de 30 minutos y se adapta perfectamente a cualquier acompañamiento: arroz, puré, verduras al vapor o simplemente una ensalada fresca. La salsa, cremosa pero suave, realza la delicadeza del bacalao sin cubrir su sabor natural. Lo mejor es que no necesitas ser un chef experto para lograr un resultado delicioso y visualmente atractivo. Solo se requiere una buena sartén, ingredientes frescos y seguir unos pocos pasos sencillos. La cocción es rápida y el resultado final es un plato digno de restaurante… pero hecho en casa. A lo largo de este artículo, te guiaremos paso a paso para que logres un bacalao jugoso, bien cocido y bañado en una salsa equilibrada. Además, compartiremos contigo trucos de cocción, opciones de guarnición y posibles variaciones si deseas adaptar la receta a tus gustos o lo que tengas en tu cocina. Prepárate para disfrutar de un plato que combina lo mejor de la cocina casera con el toque sutil de lo gourmet.

🧂 Ingredientes y pasos de preparación detallados

Para preparar este bacalao con salsa cremosa de tomate y pimientos, solo necesitas ingredientes básicos y frescos. Es una receta perfecta para 2 a 3 personas, ideal para quienes buscan algo saludable, ligero y lleno de sabor. A continuación, te dejamos la lista de ingredientes y luego el paso a paso para que no te pierdas ningún detalle.

🍽️ Ingrediente Cantidad
Filetes de bacalao fresco o descongelado 2 piezas (300–400 g)
Tomates cherry 100 g
Pimiento rojo dulce 1 pequeño (en tiras finas)
Nata líquida para cocinar (crema de leche) 100 ml
Ajo fresco picado 1 diente
Aceite de oliva virgen extra 2 cucharadas
Pimienta negra molida 1/2 cucharadita
Sal fina Al gusto
Zumo de limón (opcional) Unas gotas
Hierbas frescas (perejil, albahaca, cebollino) Al gusto para decorar

Comienza enjuagando los filetes de bacalao bajo agua fría y sécalos bien con papel de cocina. Añade sal y un poco de pimienta al gusto. En una sartén grande, calienta una cucharada de aceite de oliva a fuego medio. Dora los filetes durante 2 o 3 minutos por cada lado, solo para sellarlos, sin cocinarlos del todo. Retíralos con cuidado y resérvalos. En la misma sartén, añade otra cucharada de aceite, el ajo picado, los tomates cherry cortados por la mitad y el pimiento rojo. Saltea durante 5–6 minutos hasta que estén blandos y empiecen a caramelizarse. Agrega la nata líquida, remueve bien y vuelve a colocar los filetes dentro de la sartén. Cocina todo junto a fuego lento y tapado durante unos 7–8 minutos, hasta que el pescado esté completamente hecho y la salsa haya espesado. Antes de servir, añade unas gotas de limón y espolvorea hierbas frescas por encima. El resultado es un plato suave, aromático y lleno de color, ideal para disfrutar en cualquier ocasión.

🔥 Consejos para cocinar el bacalao sin que se rompa

El bacalao es un pescado delicado. Su carne blanca, jugosa y laminada lo convierte en una delicia al paladar, pero también en un ingrediente que requiere atención especial durante la cocción. Si lo cocinas demasiado, se seca; si lo manipulas de forma brusca, se deshace. Aquí te compartimos los mejores trucos para lograr un bacalao perfecto, entero y tierno cada vez. Uno de los errores más comunes al cocinar bacalao es usar una temperatura demasiado alta. Lo ideal es cocinarlo a fuego medio o bajo, permitiendo que se cocine de manera uniforme y sin estrés. Si usas una sartén, asegúrate de que esté caliente pero no humeante, y añade suficiente aceite para evitar que el pescado se pegue. El siguiente consejo importante es sellarlo rápidamente. Cocínalo solo un par de minutos por cada lado antes de incorporarlo a la salsa. De esta forma, mantendrás su forma y evitarás que se rompa durante la cocción final. Una vez sellado, lo ideal es continuar la cocción con el calor más suave posible, preferiblemente con tapa, para que se termine de hacer en su propio vapor. No lo muevas más de lo necesario. Cuando el pescado está en la sartén o en la salsa, lo mejor es dejarlo tranquilo. Evita darle vueltas constantemente. Si tienes que moverlo, usa una espátula ancha y deslízala con cuidado por debajo del filete. Cuanto menos lo manipules, mejor será el resultado. Un truco útil es dejar la piel (si la tiene). La piel del bacalao actúa como una barrera protectora que ayuda a mantener su forma durante la cocción. Si no te gusta servirla, puedes retirarla fácilmente justo antes de emplatar. Por último, recuerda que el bacalao sigue cocinándose incluso después de retirarlo del fuego. Si lo dejas reposar un par de minutos en la sartén tapada, terminará su cocción sin riesgo de pasarse. Esto es especialmente útil si estás preparando otros elementos del plato al mismo tiempo. Cocinar bacalao no es difícil, solo requiere delicadeza. Siguiendo estos consejos simples, conseguirás un pescado jugoso, firme y lleno de sabor, que se deshace solo en la boca… ¡y no en la sartén!

🥗 Guarniciones recomendadas para acompañar el bacalao

El bacalao con salsa cremosa de tomate y pimientos es un plato sabroso, suave y ligero, pero aún más irresistible cuando se acompaña con una guarnición adecuada. Elegir el acompañamiento correcto no solo completa el plato a nivel nutricional, sino que también potencia los sabores y crea una experiencia completa. Aquí te proponemos algunas ideas que combinan perfectamente con esta receta. Una de las guarniciones más clásicas y eficaces es el arroz blanco. Su sabor neutro y su textura ligera lo convierten en el compañero ideal para absorber la salsa cremosa sin competir con el sabor del pescado. Puedes usar arroz jazmín, basmati o incluso arroz integral si deseas una opción más rica en fibra. Además, puedes añadirle un toque de cúrcuma o limón para un plus de aroma. Otra excelente opción es una cama de puré de patatas. El contraste entre el puré cremoso y el bacalao jugoso es simplemente delicioso. Si quieres algo más original, prueba con puré de boniato (camote), que añade dulzor natural y un color vibrante que hace que el plato luzca aún más apetecible. Si prefieres una opción más ligera, unas verduras al vapor o salteadas pueden ser perfectas. Brócoli, zanahorias, espárragos, calabacines o judías verdes combinan a la perfección con la suavidad del pescado y la intensidad de la salsa. Puedes saltearlas en un poco de aceite de oliva con ajo y un toque de limón para realzar su sabor sin enmascararlo. ¿Buscas algo más fresco? Una ensalada de hojas verdes con rúcula, espinacas baby, tomates cherry y cebolla morada, aderezada con vinagre balsámico y aceite de oliva, aporta el equilibrio perfecto. Esta opción es ideal si estás buscando un plato más ligero o si lo preparas como parte de una comida de verano. Para los amantes del pan, una rebanada de pan rústico o focaccia casera es una delicia. Perfecta para mojar en la salsa y no dejar ni una gota en el plato. Y si quieres impresionar, acompaña el plato con una copa de vino blanco seco bien frío: un albariño, un verdejo o un sauvignon blanc realzarán todos los sabores del pescado y la salsa. En resumen, las guarniciones ideales para este bacalao son aquellas que aportan equilibrio, textura y color, sin robar protagonismo. Puedes variar según la estación, tus preferencias o incluso lo que tengas a mano. ¡Lo importante es disfrutar del plato completo!

💬 Conclusión: una receta elegante, ligera y para repetir

En un mundo donde las prisas dominan la cocina y muchas veces se opta por lo rápido antes que por lo nutritivo, esta receta de bacalao con salsa cremosa de tomate y pimientos viene a recordarnos que lo simple también puede ser espectacular. Con pocos ingredientes, un poco de cariño y apenas 30 minutos, se puede lograr un plato que no solo alimenta, sino que también emociona. El bacalao es uno de esos pescados que nunca defraudan. Su textura suave, su sabor delicado y su versatilidad lo convierten en una opción ideal tanto para principiantes como para cocineros más experimentados. Y cuando se combina con una salsa ligera, colorida y bien equilibrada como esta, se transforma en un plato que invita a repetir, compartir y disfrutar. Lo mejor de esta receta es su capacidad de adaptarse. Puedes jugar con las guarniciones, ajustar la intensidad de la salsa, o incluso reinventarla según la temporada. Además, su presentación elegante hace que sea perfecta tanto para una cena especial como para una comida cotidiana en casa. Es ese tipo de receta que se guarda, se repite y se mejora con cada preparación. No requiere técnicas complicadas ni ingredientes difíciles de encontrar. Solo un buen filete de bacalao, unos cuantos vegetales frescos y un poco de atención al cocinar. Es un plato que demuestra que no hace falta complicarse para comer bien, y que la cocina casera puede ser tan rica y sofisticada como cualquier restaurante. También es una excelente opción para quienes buscan cuidar su alimentación sin renunciar al sabor. Rica en proteínas, baja en grasas y llena de color y frescura, esta receta se ajusta perfectamente a un estilo de vida equilibrado. Así que si estás buscando una comida ligera, elegante, deliciosa y fácil de preparar… esta es tu receta. Un homenaje al bacalao, a los sabores mediterráneos y a la cocina que reconforta sin esfuerzo. Te aseguramos que, una vez la pruebes, se convertirá en una de tus favoritas. Porque hay platos que se disfrutan en el paladar… y otros que también se quedan en la memoria. Este es uno de ellos.