Tarta de calabaza asada y queso azul: receta otoñal deliciosa y sin carne

Descubre cómo preparar una tarta salada con calabaza asada y queso azul. Una receta sin carne, ideal para el otoño, sabrosa, cremosa y muy fácil de pe

Cuando el aire se vuelve más fresco y las hojas comienzan a caer, nuestro apetito también cambia. Buscamos recetas más cálidas, sabrosas y reconfortantes que llenen la casa de aromas acogedores. Y pocas cosas consiguen eso como una buena tarta salada casera. Hoy te traigo una receta que combina dulzura, cremosidad y carácter: una tarta de calabaza asada con queso azul.

Esta receta no solo es visualmente bonita y muy fácil de preparar, sino que también es perfecta para quienes buscan opciones sin carne, ricas en sabor y muy nutritivas. La calabaza butternut —dulce, suave y colorida— se convierte en la protagonista absoluta del plato, acompañada por el sabor potente y cremoso del queso azul. Una combinación que te sorprenderá desde el primer bocado.

Es ideal como plato principal para una cena ligera, como entrante en una comida especial, o incluso para llevar en una tarta fría durante un picnic otoñal. Además, puedes adaptarla a tus gustos fácilmente: usar otro tipo de queso, agregar frutos secos, o jugar con las especias.

¿Listo para descubrir cómo transformar ingredientes sencillos en una tarta impresionante? En las siguientes líneas te explico paso a paso cómo prepararla, con consejos útiles, ideas de variaciones y recomendaciones de conservación. Una receta reconfortante, económica y perfecta para disfrutar del otoño con sabor y estilo.

Antes de montar la tarta y llevarla al horno, debemos preparar los dos elementos principales: la calabaza asada y la base crujiente que servirá de soporte. Aunque puedes usar una masa ya hecha del supermercado, te recomiendo probar una masa casera con mantequilla si tienes tiempo. El resultado será mucho más sabroso y con una textura increíble. Pero tanto con masa industrial como artesanal, esta receta sale deliciosa.

📝 Ingredientes (para una tarta de 26–28 cm)

Ingrediente Cantidad
Masa quebrada (casera o comprada) 1 unidad o 250 g
Calabaza butternut 600 g aprox. (peso con piel)
Queso azul (roquefort, gorgonzola, etc.) 100 a 120 g
Nata líquida (crema para cocinar) 200 ml
Huevos 2 unidades
Aceite de oliva virgen extra 1 cucharada
Sal, pimienta, nuez moscada Al gusto

🍂 Preparación de la calabaza asada

Comienza pelando la calabaza con un pelador firme. Córtala por la mitad y retira las semillas con una cuchara. Luego corta la pulpa en cubos de unos 2 cm. Coloca los trozos en una bandeja de horno con papel vegetal, añade un chorrito de aceite de oliva, sal y pimienta, y mezcla bien.

Lleva al horno precalentado a 190 °C durante 25–30 minutos, o hasta que la calabaza esté tierna y ligeramente dorada. No la dejes quemarse, solo queremos que esté bien asada, suave por dentro y con un toque caramelizado por fuera. Una vez lista, deja que se enfríe mientras sigues con la masa.

🥧 Precocción de la masa

Extiende la masa quebrada sobre un molde redondo (preferiblemente desmontable) forrado con papel de horno. Pincha la base con un tenedor para que no suba, y cúbrela con legumbres secas o bolitas cerámicas de horneado.

Hornea durante 10–12 minutos a 180 °C para “sellar” la base. Esto evitará que se humedezca cuando añadamos el relleno. Pasado ese tiempo, retira las legumbres y deja enfriar ligeramente antes de rellenar.

Con estos dos pasos completados —la calabaza asada y la base precocida— ya tenemos el corazón de nuestra receta preparado. En el siguiente paso, combinaremos los sabores y montaremos esta tarta que llenará tu cocina de aroma y tu mesa de elogios.

Con la base de masa ya precocida y la calabaza asada enfriándose, ha llegado el momento de preparar el corazón cremoso de esta tarta: la mezcla líquida que va a unir todos los ingredientes y le dará esa textura suave y reconfortante que tanto nos gusta.

🥣 Preparación del relleno cremoso

En un bol grande, rompe los dos huevos y bátelos ligeramente con un tenedor o unas varillas. Añade la nata líquida, una pizca de sal, pimienta negra recién molida y una pizca de nuez moscada si te gusta ese toque cálido y especiado. Mezcla bien hasta obtener una crema homogénea.

Es importante no añadir demasiada sal, ya que el queso azul tiene un sabor muy intenso y salado. Si lo deseas, puedes incorporar también algunas hierbas frescas como tomillo o romero picado para dar un aroma más mediterráneo al conjunto.

🍽️ Montaje de la tarta

Distribuye los trozos de calabaza asada sobre la base precocida de forma uniforme. Luego, desmenuza el queso azul por encima, asegurándote de repartirlo bien por toda la superficie. No hace falta cubrir todo, ya que se fundirá durante la cocción.

Vierte con cuidado la mezcla de huevo y nata sobre el relleno, dejando que se infiltre entre los cubos de calabaza y el queso. Puedes mover ligeramente el molde o dar unos pequeños golpecitos sobre la encimera para que se reparta bien.

🔥 Horneado y presentación

Introduce la tarta en el horno precalentado a 180 °C y hornea durante unos 35 a 40 minutos, o hasta que la superficie esté ligeramente dorada y el centro cuajado. Puedes comprobar la cocción pinchando con un palillo o cuchillo fino: si sale limpio, está lista.

Una vez fuera del horno, deja que repose al menos 10 minutos antes de desmoldar. Esto permite que los sabores se asienten y que sea más fácil de cortar sin que se rompa.

Puedes servir esta tarta caliente, tibia o incluso fría al día siguiente. Acompáñala con una ensalada de hojas verdes, nueces y una vinagreta de miel y mostaza para un menú completo y equilibrado. ¡Un plato vegetariano que conquista hasta a los más carnívoros!

Una de las cosas más maravillosas de las tartas saladas es lo versátiles que pueden ser. A partir de una base tan sencilla como calabaza y masa, puedes crear muchas versiones diferentes según tus gustos, intolerancias o lo que tengas en casa. Aquí te dejamos algunas ideas para personalizar esta receta.

🌿 Variantes recomendadas

  • Queso más suave: Si el queso azul te resulta muy fuerte, puedes sustituirlo por queso de cabra suave, queso feta o incluso queso rallado tipo emmental o gouda.
  • Toque crujiente: Añade nueces picadas o semillas de calabaza sobre la tarta antes de hornear para dar un contraste de textura delicioso.
  • Opción sin lácteos: Utiliza crema vegetal (como de avena o soja) y un queso vegano de sabor fuerte para una versión 100 % vegetal.
  • Más verduras: Puedes incorporar cebolla caramelizada, espinacas o incluso champiñones salteados para enriquecer el sabor.

🧊 Conservación y congelación

Esta tarta se conserva perfectamente en la nevera durante 3 a 4 días. Guarda las porciones en un recipiente hermético o cúbrela con papel film. Para recalentar, lo ideal es hacerlo en el horno a baja temperatura para mantener la textura crujiente de la masa.

También puedes congelarla ya horneada: corta en porciones individuales, envuélvelas bien y congela hasta por 2 meses. Para descongelar, basta con pasarla a la nevera la noche anterior y luego calentarla en el horno.

🍽️ Conclusión

Esta tarta de calabaza y queso azul es una receta sencilla, pero con un resultado espectacular. Su sabor equilibrado entre dulce y salado, su textura cremosa y su color dorado hacen de ella una opción ideal para el otoño, aunque te aseguro que querrás prepararla todo el año.

Anímate a probarla, personalízala como más te guste y compártela en casa. Porque cuando cocinamos con ingredientes de temporada y un poco de cariño, el resultado siempre es delicioso.